Alvaro Beamonte Iturre         


- ¿Qué querrás desayunar el domingo?
- ¡Bocadillo de panceta¡.
Esta fue la sorprendente respuesta de Álvaro cuando Ana Mª Arregui ultimaba los detalles de la ceremonia. Pero esta no sería la primera vez que sorprendería a los que le rodeaban con su desparpajo y espontaneidad. Ya en el proceso selectivo, Álvaro destacó por su gran interés por ser el Ángel de Tudela y por su profundo conocimiento de la ceremonia. Mientras esperaba como suplente no dejó de tener presente su futuro papel, no permitiendo que le cortaran el pelo “más de lo necesario”. Y cuando se acercaba el momento de empezar los ensayos ya se mostraba inquieto e impaciente. Con su traviesa sonrisa siguió sorprendiendo a los periodistas que se interesaban por él durante su preparación, con su gran capacidad de expresión y soltura ante cámaras y micrófonos.
Pero donde Álvaro demostró esta personalidad tan marcada fue la radiante mañana del 16 de abril dando vida al Ángel de Tudela. Con una excelente representación arrancó lágrimas, sonrisas y sonoros aplausos de los presentes, y especialmente los de otro Ángel que le observaba desde las “puertas del cielo”, su tío Sergio Iturre (Angel del 97).




2005
2007